Historias de Raíz
Todos tenemos un recuerdo de comida, un bocado que nos transporta al pasado, una persona que nos hizo amar un platillo en especial.
Pasa tu cursor sobre las imágenes y descubrí como la comida nos une más de lo que imaginaste.
“A mi me encantan los espaguettis pero sin salsa. La salsa no me gusta. Pero si, solo cocidos y con margarina y cheque. Yo como eso de desayuno, almuerzo, y cena, y soy feliz. ¡Hey figuritas a 10!”
“Como se graban los sabores, cuando yo paso en una cierta temporada hay unas ciruelas cocidas ¿como se llaman mamá unas ciruelas que cocinaba allá en Yuscarán?
Ahh se llaman ciruelas jocotes. Que son ácidas y no se comen así. Hay que cocinarlas y pasarlas por miel. Ya no se hacen las cosas como antes, solo en los pueblos.
Yo no he comido igual que como en Yuscarán. Los tamalitos de cambray, los frijoles pisque, plátanos en miel, el chilate, el guaro de Yuscarán ya no es como antes, los frijolitos antes de molían y ahora se licúan.
Como se pierde esa parte de familia porque mi mamá lo hacía porque ella pasaba en la casa, ahora casi todos nos fuimos a trabajar. Las sopas a mis hijos siempre las hago, pero quizás una vez al mes.”
“Yo crecí con mis abuelos porque mis papas vivían en Tela, mi papá trabajaba en la Tela Railroad Co. Pero realmente la prima-hermana de mi madre era la que nos hacia las comidas. Recuerdo que mi tía cocinaba rico, cocinaba “pescado juco” como le decía mi abuela.”
“En mi casa es lo que siempre le decía a mi mama “mami, yo quiero arroz con leche, yo quiero arroz con leche”. Y a veces lloraba porque no me daban. Pero ni modo, es la realidad de muchos hogares de nuestro país. Muchas personas que no pueden ni comprar un litro de leche o una medida de arroz, para poder disfrutar de algo de lo que sus hijos quieren.”
“Yo amo la sopa marinera sin importar en que día estemos. Mi abuela me la hacia, pero yo crecí en un internado que se llama La Casa del Niño hasta los 13, y ahí es donde aprendi a cocinar, y que el Domingo Santo se respeta, no se cocina, no se asea ni se hace nada.”
“Si usted me pone a elegir qué me va a invitar a comer y me dice ?qué queres? Un pescadito rojo, con mucho chismol, mucho limón, sal y tajaditas. Sin tortillas y sin arroz, pero con una coca cola bien helada.
Mi sobrina me ha regalado un pescado rojo de dos libras que se fue a comprar a La Isla. Me quede sola, todos se fueron a bañar al Piligüin, y yo sola me lo freí, me senté…Que rico. Es más, ya le dije que si me va a dar otro.”
“Nosotros nos reuníamos con toda la familia, y lógico: ella era el personaje principal. El día de la madre, por ejemplo, ella preparaba arroz, frijoles, horchata, comida típica. Era algo especial. Lo que fuera que preparara era sabroso, pero la comida típica era mi favorita.”
“Ademas de la sopa de mariscos, pues también tenia la tendencia de hacer tortas de pescado. Desde que ella murió hace unos 30 años, no se volvió a cocinar eso. Y yo no volví a comer sopa de tortas de pescado. No puedo pasar por un lugar adonde estén vendiendo pescado seco porque no lo soporto.”